viernes, 7 de junio de 2013

Visado para Shanghai, de Qiu Xiaolong

Este es el segundo libro que leo de Qiu Xiaolong y es la continuación de su opera prima Muerte de una heroína roja. Sus personales principales vuelven a ser el inspector jefe Chao y su ayudante el inspector Yen. Esta vez se trata de un caso internacional relacionado con el tráfico de personas. No pondré, como suelo hacer, su contraportada pues no es correcta. De hecho está escrito allí que “En esta ocasión, Chen ha de investigar la misteriosa desaparición de la bailarina Wen Liping durante su regreso a China desde Estados Unidos” cuando en realidad es todo lo contrario. Wen Liping, que no es ninguna bailarina, sino una pobre obrera que vive en un pueblo perdido cerca de Shanghai, desaparece después de una llamada telefónica de su marido, que está en Estados Unidos. De hecho su marido Feng Dexiang, un antiguo dirigente del partido en dicho pueblo, es un delincuente relacionado con el tráfico de personas a los Estados Unidos. Allí es pillado y hace un trato con las autoridades estadounidenses para declarar contra el todopoderoso jefe de una tríada china encargada del tráfico de chinos a los EE.UU. Aparte de impunidad etc. el marido pide que traigan a su esposa embarazada de 3 meses. Es decir que la chica desaparece antes de ir a EE.UU.

El libro comienza con el inspector jefe Chen paseando en dirección al parque del Bund (el parque emblemático de Shanghai) cuando un vigilante del parque le aborda y le lleva a ver un cuerpo destrozado en un rincón del parque. Cuando regresa a comisaría se encuentra con que el Secretario del Partido le está esperando para asignarle otro caso de relevancia política: tiene que colaborar con la Inspectora Catherine Rhon, representante del Servicio de Agentes de Policía del Departamento de Justicia de EE.UU., que viene para escoltar a Wen Liping en su viaje a los EE.UU., pero, y aquí viene la historia, la mujer ha desaparecido.

Chen intenta escaquearse pues está harto de que lo usen para esos casos pero no hay manera. Encima la inspectora Rhon es joven y guapa, pero cuando el Partido llama a tu puerta no es fácil escaquearse. Encima un ministro de Beijing le llama a su casa para explicarle lo mucho que confían en él.

Con estos precedente Qiu Xiaolong nos describe otra vez las peripecias de Chen y Yu, este último tiene que investigar en Fujian, el pueblo donde vivía Wen Liping. Al comenzar a investigar descubren que las tríadas están detrás de todo. Hay intentos de asesinar a Yu e incluso a la americana. Chen tiene que usar métodos poco ortodoxos que hacen que “asuntos internos” se dedique a espiarle (en realidad el propio ministro le alerta del peligro de su misión, y no por los mafiosos chinos, sino más bien por los mafiosos del gobierno). Otra vez, como en su primer libro, el autor nos narra muchos de los cambios políticos de China y esta vez ahonda un poco en las consecuencias de la Revolución Cultural (sin pasarse mucho, en mi opinión).

Al igual que en Muerte de una heroína roja el libro es ameno, los personajes son creíbles y la historia, aunque algo más floja que su predecesora, está bien hilada y con un final razonable.

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