domingo, 15 de mayo de 2011

Nacidos para correr, de Christopher McDougall

Yo siempre había creído que correr una maratón no tenía ningún sentido, que era el resultado de una incomprensible tozudez que desembocaba en la autolesión. Me parecía comparable a los records Guinness, donde parece que triunfa el absurdo o el dolor inútil. La ignorancia es osada: este libro ha cambiado completamente mi perspectiva. Compré el libro para regalar porque lo que se contaba en la contraportada me pareció apropiado para el receptor del regalo. Y me encontré con que, en el momento de ir a envolverlo y "darle un vistazo, a ver qué clase de tribu era esa de los tarahumara (la gente que corre)" llegué a la página 26 sin sentir. Tuve que obligarme a dejarlo, pero en cuanto fue desenvuelto seguí con él.

Ha sido un descubrimiento en toda regla. El autor es periodista, perteneciente a esa clase que sabe escribir. Fue corresponsal de guerra y ha escrito para varias revistas de deportes, pero me atrevería a decir que entre las aventuras más vitales de su recorrido debe de hallarse la que nos relata en este libro. La narración mantiene un delicioso equilibrio entre la anécdota, la aventura y la información documentada sobre aspectos de nuestra fisiología y evolución, por ejemplo. Toda la historia se articula alrededor de un grupo de personajes excepcionales y muy pintorescos unidos por una única afición: correr. Pero no son corredores de domingo: las distancias recorridas no bajan de 50 millas (y llegan a las 300 -- sí, he dicho millas), lo único que importa es llegar, es mucho mejor correr descalzo y rezan lemas como "come como si fueras pobre". En estas carreras, cuya distancia clásica es la ultramaratón de 100 millas, las mujeres son igual de eficaces que los hombres. Y los humanos resultan ser mejores que los caballos. A lo largo de la historia se desgranan aspectos fascinante de nuestras capacidades evolutivas y mentales que el autor trufa tanto con estudios sobre la dinámica en carrera del guepardo realizados en laboratorios de Harvard como con las peculiares relaciones sociales de los tarahumara, el pueblo que huye de los rarámuri -- palabra que se traduce como "los que causan los problemas" y viene a referirse al resto del mundo...

He devorado el libro. No os voy a contar mucho más, lo recomiendo sin duda. Podréis descubrir, como he hecho yo, otra nueva teoría sobre la extinción de los Neandertales, cómo proceden los pueblos que siguen practicando la caza por persistencia (corriendo durante días de ser necesario), lo que Nike sabe sobre las lesiones que causan sus magníficas zapatillas y a una serie de personajes tan raros como fascinantes.

Me han entrado unas ganas tremendas de ponerme a correr.

1 comentario:

  1. Acabo de terminarlo. Impresionante, lo mejor que he leído en mucho tiempo. Creí que la literatura épica llevaba muerta mil años, y la descubro aquí en todo su esplendor (esa carrera en Leadville entre los Rarármuri y Ann Trason), junto a humor, divulgación, ciencia. Se corra o no se corra, imprescindible.

    Como aprendiz de cutre-corredor, me he visto reflejado en algunas de las experiencias narradas. Y ahora me estoy planteando cosas, entre ellas, intentar mejorar el estilo con el que corro, y no dejarme pasta en zapatillas caras y probar a correr con calzado más mínimo. A ver qué pasa...

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