miércoles, 17 de julio de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker

No hay como leer la solapa de un libro para saber lo que éste NO es. En ella se nos dice de este libro que es la gran revelación de la literatura en lengua francesa. ¡Ha ganado nada menos que el premio Goncourt! Un premio que recibió Émile Ajar por La vida ante sí y que han ganado autores como Marcel Proust, Simone de Beauvoir, Marguerite Duras o Amin Maalouf, por citar algunos de los más conocidos. La crítica dice del libro que es un cruce entre Stieg Larsson, Vladimir Nabokov y Philip Roth, y en algún caso incluso se habla de Woody Allen (y por el mismo precio, añado yo, se podría haber incluido a Palahniuk). Su autor, un suizo (¿hay escritores suizos?) de 27 añitos, es la nueva promesa de la literatura gabacha.

lunes, 15 de julio de 2013

Cooked, de Michael Pollan

Michael Pollan es un gran escritor. Su Omnivore's dilemma es un gran libro sobre cómo la industria alimentaria ha arruinado la agricultura. Su Food rules es un divertido ejercicio de cómo comer sano usando 140 caracteres (bueno, casi).

Cooked, su último libro es, si cabe, aún más fascinante que los anteriores. El libro describe, en tres niveles, la historia de la cocina. El primer nivel es el histórico-antropológico: en él describe lo que la ciencia puede decir de por qué cocinamos, con qué cocinamos y cómo la cocina ha sido el catalizador de la evolución humana. El segundo nivel es el científico: en cada caso describe la física y química (y en el caso de la fermentación, la biología) debajo de la cocina. El tercero es el personal: en cada caso, y después de perseguir a los expertos en cada faceta, se embarca en sus experimentos culinarios personales.

viernes, 5 de julio de 2013

Delirio, de Laura Restrepo

Un mensaje en el contestador avisa al protagonista de esta novela —a quien no conoceremos más que por su apellido, Aguilar— de que vaya a buscar a su mujer a un hotel de Bogotá, donde la encuentra en compañía de un hombre y delirando. Lo que ha ocurrido desde que se marchó de casa hace cuatro días, dejándola en plena faena de pintura del salón para arreglar el feng shui de la casa, es un completo misterio. El hombre que la acompaña desaparece sin dar una explicación; con ella, en su actual estado de locura, no puede ni siquiera hablar, y para colmo —ahora lo lamenta profundamente— nunca se ha preocupado de averiguar nada del pasado de su mujer, de cuya familia no sabe más que pertenece a la alta burguesía bogotana.