domingo, 31 de agosto de 2014

Mañana todavía, editado por Ricard Ruiz Garzón

Una «distopía» es como una antiutopía, un hipotético futuro chungo con el que se pretende ilustrar algún aspecto negativo del presente. Viene del griego «dis-» (malo) y «-topos» (lugar), y aunque aún es un barbarismo anglosajón, es una palabra que está a punto de entrar en el DRAE. Cuento esto por si algún lector es como yo, que había oído la palabra pero no sabía exactamente qué significaba (aunque lo intuía).

sábado, 30 de agosto de 2014

El perfeccionista en la cocina, de Julian Barnes

Julian Barnes llegó tarde a la cocina. Como cuenta en el prólogo, es de una generación en la que la cocina era un dominio exclusivo de las mujeres y los hombres no tenían ni idea de lo que allí (literalmente) se cocía. Para cuando se interesó ya era tarde para ser lo que el llama un cocinero intuitivo, así que su destreza depende fundamentalmente de los libros de cocina. Que sea, además, un perfeccionista es un rasgo de carácter (una inseguridad más bien), y ambas cosas juntas son terreno abonado para la anécdota.

jueves, 28 de agosto de 2014

El niño que robó el caballo de Atila, de Iván Repila

No sólo he leído truños este verano... pero alguno más ha caído. Aquí va otro. De esta (corta) novela se dice:
«En unas coordenadas de singular despojamiento (dos personajes, un único escenario), Repila articula, con un estilo rítmico y enérgico, que avanza encadenando metáforas inesperadas y construyendo calculadísimas resonancias internas, un relato alegórico de lucha, supervivencia y solidaridad; un problema que esconde su decidida voluntad de acción tras un hábil reciclaje de los códigos del cuento popular, que aquí es infantil solo en apariencia, y que puede leerse como el mito de origen de unos tiempos nuevos. Valiente, poderosa y emotiva.»
¿¿LO QUÉ??

miércoles, 27 de agosto de 2014

Maten al león, de Jorge Ibargüengoitia

No sólo he leído truños este verano. He aquí una novela que me ha gustado de un autor mexicano del que ya he hablado en el blog —a propósito de otra novela suya, Las muertas, que también me gustó, y mucho. Maten al león es una novela antigua, del 69, y pertenece a ese género tan propio de la literatura del boom: el de los tiranos (aunque en realidad lo inventó Valle Inclán). Pero esta novela tiene dos peculiaridades que la distinguen de cualquier otra «típica» del género. En primer lugar, es una comedia; negra, desde luego, porque el tirano es un malo maloso y un criminal, como todos los de su gremio, pero si Berlanga fue capaz de hacernos reír con El verdugo, era cuestión de tiempo que alguien le viera el lado cómico a una dictadura.

lunes, 25 de agosto de 2014

El libro de las cosas perdidas, de John Connolly

Decididamente tengo que mejorar mi criterio para elegir libros. En contra de todos los indicios, me dejé convencer por la contraportada de este libro que insiste en que, pese a las apariencias, es una novela para adultos. Y una mierda. Para que os hagáis una idea, la cosa va de un niño inglés, antes de la Segunda Guerra Mundial, a quien se le muere la madre. Aún con el trauma de la reciente orfandad, el padre decide casarse de nuevo. Así que, contra su voluntad, se mudan a una nueva casa, aprovechando, además, que al estar en las afueras, corren menos peligro de ser bombardeados (la guerra ya ha empezado). Para colmo la madrastra le pare un hermanastro. De modo que el niño, fascinado por los cuentos que le contaba su madre, se refugia en sus libros para interaccionar lo menos posible con la nueva familia postiza, a la que odia. Y un buen día decide entrar por una sospechosa grieta en el jardín, que resulta ser... ¡un portal a otro mundo! La entrada se cierra y para poder regresar tiene que localizar al Rey de ese mundo, que al parecer sabe cómo volver gracias a un libro que sólo él puede leer y que se llama (ya lo habéis adivinado) «El libro de las cosas perdidas». Pero resulta que ese mundo es muy chungo, y en su recorrido por él se va topando con historias y personajes parecidos a los de los cuentos infantiles que conoce, sólo que en versión Matanza de Texas.

lunes, 4 de agosto de 2014

El fin de la eternidad, de Isaac Asimov

Como ya habréis adivinado, me gustan las historias de viajes en el tiempo. Un día andaba comentando el tema con un amigo, y me dijo: «Pues si te gusta el asunto, tienes que leerte El fin de la eternidad de Asimov». Y yo soy un mandado, así que aquí tenéis la reseña.

De lo poco que leí de Asimov en mi adolescencia, se implantó en mi cabeza la idea de que el tipo era un genio y que todo lo que fuese a leer de él me encantaría. Hace un año o así releí la trilogía de la Fundación y la disfruté muchísimo, así que empecé El fin de la eternidad con la idea de que sería algo similar.

domingo, 3 de agosto de 2014

El guión del siglo 21, de Daniel Tubau

Cuando lees en un ebook pasa que lees libros que no habrías leído de otra manera. Este es uno de esos libros. El título y el tema despertaron mi curiosidad, pensando que trataría de la nueva forma de narrar de las series frente a la ya obsoleta del cine, pero admito que, de haber visto el libro en la FNAC, no habría bastado para pagar los 20 napos que cuesta en papel (no sé en qué coño están pensando los editores...).