domingo, 30 de noviembre de 2014

Proving Darwin, de Gregory Chaitin

A ver... Por dónde empiezo a dar... En breve: si el título fuera una pregunta, la respuesta sería NO.

Mejor empiezo por un disclaimer. Gregory Chaitin no es un «pringao»: es un matemático famoso que ha hecho contribuciones muy relevantes a la teoría algorítmica de la información relacionadas con el teorema de incompletitud de Gödel y con el problema de la parada de Turing. Inventó un número real que lleva su nombre: la constante de Chaitin, o la probabilidad de que un programa elegido al azar detenga correctamente una máquina de Turing determinada, un número real con propiedades fascinantes, como la de ser no computable y máximamente aleatorio (no puede comprimirse de ningún modo). Para cualquiera que esté interesado, es muy fácil encontrar artículo suyos explicando estos temas en la web. Por todas estas contribuciones ha sido nombrado doctor honoris causa por varias universidades y es mundialmente conocido.

sábado, 22 de noviembre de 2014

El libro de los amores ridículos, de Milan Kundera

Habré leído tres o cuatro novelas de Kundera (recuerdo La insoportable levedad del ser y La inmortalidad, pero mi memoria no da para acordarme de las otras) y todas me han gustado mucho (incluso las que no recuerdo). Siempre me ha parecido un escritor original, de esos que gusta leer porque su manera de narrar te embauca, no importa lo que cuente. Por eso me animé con este libro de relatos, y por eso me ha sorprendido lo decepcionante que me ha resultado.

Se trata de una recopilación de relatos, de una extensión media, todos ellos más o menos catalogables como «historias de amor» (amor, amistad, sexo...). Supongo que de algún modo son ridículas, pero no queda claro si éstas, en particular, lo son, o si el mensaje es que, en realidad, toda historia de amor es, en alguna medida, ridícula.

lunes, 10 de noviembre de 2014

El vano ayer, de Isaac Rosa

¿Cómo se puede escribir hoy una novela sobre el franquismo sin caer en tópicos trillados? ¿Cómo puede un autor, especialmente un autor joven, un «hijo de la Transición», indagar en una de las etapas más oscuras de nuestra historia reciente, una etapa de la que se ha escrito hasta la saciedad y en la que, sin embargo, no se ha profundizado lo suficiente, anegada, como está, de historias que recurren al patetismo, de narraciones nostálgicas, incluso de comedias épicas de lucha antifascista? ¿Cómo narrar las atrocidades del tardofranquismo sin que la novela quede arrumbada en la enorme pila de «novelas del franquismo»?

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Los papeles de Aspern, de Henry James

Un día, navegando por internet, di con un blog cuyo autor afirmaba que Aura es un plagio de Los papeles de Aspern, de Henry James. Hace tiempo que dejé constancia en este foro de que Aura me reconcilió con Carlos Fuentes —de quien había renegado tras un intento fallido con Los años con Laura Díaz. Aura es un magnífico relato a pesar de que su lectura actual no tenga el impacto que pudo tener en su momento (el cine y la literatura nos han familiarizado demasiado con lo sobrenatural y nos han vacunado contra finales sorprendentes). Por eso me llamó la atención el comentario de este bloguero. Luego indagué un poco y vi que la opinión era secundada por bastante gente. Así que me impuse como tarea formarme mi propia opinión.