jueves, 17 de diciembre de 2015

El manuscrito Voynich, de Marcelo Dos Santos

Aunque es muy famoso, yo no supe de este manuscrito hasta no hace mucho, cuando lo mencionó Bartolo Luque en una charla. Se trata de un curiosísimo —y me quedo corto— códice medieval (en realidad, de principios del XV, pero tiene todo el «estilo» de los códices medievales). En apariencia el manuscrito Voynich (que se llama así por el librero que lo sacó a la luz de la biblioteca jesuítica donde estaba oculto) es como otros muchos: pergamino encuadernado, escrito a mano, con hermosas ilustraciones de plantas, estrellas, animales y diversas escenas más o menos peculiares. Pero lo que resulta extraño es la lengua en la que está escrito: una lengua incomprensible en caracteres extraños que, a fecha de hoy, ha resistido todo intento de descifrado.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Cien mejor que uno, de James Surowiecki

Sir Francis Galton, el famoso primo de Charles Darwin que se ganó su puesto en el olimpo científico con sus contribuciones a la estadística, era, como la práctica totalidad de la burguesía victoriana (como su propio primo Carlos), un elitista. Estaba convencido de que la inteligencia abundaba entre su clase y escaseaba en el vulgo, y preocupado por el peligro que eso conllevaba de condenar la inteligencia a la extinción. Una de sus mayores contribuciones, el modelo de ramificación conocido como proceso de Galton-Watson, tenía como objeto entender por qué los apellidos de las grandes familias iban desapareciendo paulatinamente.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Los relámpagos de agosto, de Jorge Ibargüengoitia

Estoy leyendo a Ibargüengoitia al revés, y he llegado a ésta, su primera novela. Escrita en 1964, se trata de toda una declaración de principios. En aquellos años la narrativa mexicana estaba dominada por la «literatura de la Revolución», una novelística épica desarrollada por autores arropados por el régimen. El movimiento del crack, al que me he referido en este blog en varias ocasiones, fue una reacción en contra de esa forma estancada de la novela mexicana. Pero, como muestra esta novela, el fenómeno ya hastiaba en los 60. Porque (guardando las distancias) Los relámpagos de agosto son a la literatura de la Revolución lo que el Quijote a las novelas de caballería.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Proyecto XI, de Francesc Blanco

Thriller con aspiraciones de best-seller. Jon Vivaldi, un periodista que elabora un reportaje sobre fraudes paranormales, desaparece investigando uno de los casos. Anna, una amiga suya, decide buscarlo y acaba atrapada en un piso de un edificio que no existe y del que no puede salir, aunque sí puede comunicarse con el exterior. El piso pertenece a Bastian, un individuo capaz de conocer el futuro de la gente hablando con los personajes de los libros. A partir de estos elementos se monta una intriga en la que Anna debe encontrar a Jon usando pistas relacionadas con libros y en la que se mezclan el espacio y el tiempo, la ficción y la realidad y lo divino y lo humano.

viernes, 27 de noviembre de 2015

El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio

Ya, ya sé que todo el mundo leyó esta novela en el instituto. Que todo el mundo la conoce. Que hay una película. Bueno, pues yo no la había leído, así que me dije «Más vale tarde...» Pero quizá no, quizá las cosas tienen su momento y su época...

El Jarama fue un bombazo en su día (corría el año 55...) por varias razones. Inauguraba el hiperrealismo, una forma de narrar basada en los diálogos, sin narrador, fiel a la forma de hablar de la gente, sin protagonistas, coral. Describe la cotidianeidad con una mirada objetiva, externa, como «un día en la vida de», y a la vez —y tal vez por ello— lleva implícita una fuerte carga de crítica social. Las vidas de los personajes aparecen como lo que son: vulgares, aburridas, tediosas, tristes. Ganó el Nadal de aquel año y abrió un largo periodo literario en la prosa española. Hoy es un clásico.

viernes, 13 de noviembre de 2015

The Mathematics of Life, de Ian Stewart

Ian Stewart es un gran divulgador de ciencia, en general, y de matemáticas, en particular. No en vano tuvo muchos años una columna fija en Scientific American, heredada de Douglas Hofstadter, de la que yo era uno de sus seguidores. Ha sido muy prolífico en libros de divulgación (tiene varios muy famosos), pero en particular éste, publicado no hace mucho (en 2011), llamó mi atención por razones que resultarán obvias para cualquiera me conozca. No es el primer autor que se preocupa por el aspecto más matemático (en el sentido más profundo de la palabra) de la biología, pero sí es quizá el que más seriamente se ha enfrentado a la cuestión —al menos de los libros que yo he leído. Por cierto que, aunque lo he leído en inglés (y es, por tanto, la edición que voy a comentar), hay una traducción al castellano con el título de Las matemáticas de la vida, que imagino que no difiere mucho en contenido.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Grandes simios, de Will Self

Will Self es uno de los autores británicos de moda. Vende mucho en su país, ha estado recientemente cerca de ganar el Booker y tiene seguidores incondiconales por todo el mundo. Sus novelas son fantásticas, ambientadas en Londres y los temas que trata están muy relacionados con la psiquiatría y el consumo de estupefacientes. Todo esto lo he leído por ahí, pero podría ser una descripción de Grandes simios, la novela que traigo hoy aquí.

Simon Dykes es un pintor famoso muy dado a beber y a consumir drogas de todo tipo en sus parrandas con sus amigotes. Tras una de ellas se despierta en la cama de su novia para descubrir que Londres se ha convertido en «el planeta de los simios», y que tanto él como su novia son ahora chimpancés. Como entra en pánico lo ingresan en el ala de psiquiatría de uno de los cutres hospitales londinenses para estudiar por qué el chimpancé Simon Dykes, famoso artista, está convencido de que antes era humano. Porque una cosa está clara: los humanos nunca han llegado evolutivamente más allá de ser una versión estúpida del chimpancé. Y desde luego, ni se comunican ni tienen una elaborada estructura social, como sí la tienen los chimpancés.

domingo, 1 de noviembre de 2015

El retroceso, de Javier Beltrán

En el blog Microsiervos aparecen de vez en cuando reseñas de libros, cortos o películas de ciencia ficción. El otro día apareció la reseña de este relato. Su autor, Javier Beltrán, lo es también del blog El manual del viajero del tiempo, de lectura obligada para los fans de los viajes temporales. @Alvy hablaba En Microsiervos muy bien de este relato, autoeditado por su autor y publicado en amazon al módico precio de 0,78 euros (en ePub; en papel son casi 10 napos). En amazon tiene también muy buenas reseñas, así que me dije que el precio, las loas y mi afición al time-travelling justicaban darle una oportunidad. Pues no.

jueves, 29 de octubre de 2015

Cuentos breves y extraordinarios, de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares

Ando últimamente un tanto obsesionado con los relatos breves. He leído unas cuantas recopilaciones de ellos y, buscando, buscando, acabé encontrando esta de... ¡nada menos que Borges y Bioy Casares! Soy fan extremo de Borges (como ya he mencionado alguna vez). Quiero decir que me dan ganas de darle una patada en la boca a quien se atreve a proferir cosas como «Borges está sobrevalorado» o alguna otra gilipollez por el estilo. Pero dicho esto, y como lo cortés no quita lo valiente, admito que Borges era muy proclive a la pedantería, rasgo de su carácter que se exacervaba cuando se juntaba con su coleguita Bioy Casares (de quien no tengo demasiado buena opinión: me da la sensación de que Borges manifestaba una profunda admiración por escritores mediocres; quizá otra manifestación más de su pedantería...).

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Magnitud imaginaria, de Stanisław Lem

Como prometí en la reseña de Vacío perfecto, aquí está el segundo volumen de la Biblioteca del Siglo XXI, una saga que Lem proyectó y que recoge colecciones de sus prólogos y reseñas de libros imaginarios. Se conoce que al acabar Vacío perfecto Lem quedó tan satisfecho con el invento que decidió seguir explorando sus posibilidades, para gran satisfacción de sus incondicionales —entre los que me cuento. Este volumen recopila  cuatro prólogos a obras inexistentes, y si tuviera que calificar la obra de forma global, diría que no es tan brillante como Vacío perfecto, donde la variedad de temas, la sutileza de las reflexiones y la cantidad de registros distintos es mayor, pero aun así Magnitud imaginaria tiene pasajes realmente memorables.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Trucos para escribir mejor, de Carlos Salas

Para qué lo voy a negar: este es un libro de autoayuda. Te promete mejorar algún aspecto de tu vida (la escritura, en este caso). Pero no es un libro de autoayuda al uso; te da lo que promete el título: trucos para escribir mejor. No te vende teorías, ni filosofías, ni se anda por las ramas llenando páginas de paja. Va al grano. Cada (breve) capítulo trabaja algún truco concreto y los ejemplos demuestran que funcionan.

Os voy a contar el truco con el que me enganchó y me animó a leer el libro. Imaginad que os piden un texto que hable sobre la contaminación en Ciudad de México. Podría ser algo así:

viernes, 18 de septiembre de 2015

De repente en lo profundo del bosque, de Amos Oz

Amos Oz es un autor israelí de gran predicamento mundial (periodista, premio de literatura en Israel, premio Príncipe de Asturias, recurrente candiato al Nobel...). Como no había leído nada de él me animé con esta novela, que tiene sobre otras la ventaja de ser corta. Se trata de una fábula. En un pueblo imaginario no hay animales. Ninguno. Ni cucarachas. Los niños jamás han visto un animal, y si saben de ellos es por lo que les cuenta la maestra. Algo ocurrió en el pasado que hizo que los animales desaparecieran de la noche a la mañana; algo que lo adultos saben pero de lo que no quieren hablar, porque les avergüenza. Adentrarse de noche en el bosque es peligroso. A quien lo hace le ocurren cosas extrañas y la gente le da la espalda. Y es que en este pueblo ser distinto es muy chungo: todo el mundo se burla de quien no se ajusta a la norma. Como es de esperar, hay alguien —un par de niños en este caso— que decide averiguar qué pasa internándose en el bosque. Y acaban resolviendo el misterio.

domingo, 13 de septiembre de 2015

El sistema periódico, de Primo Levi

Creo que fue el título lo primero que me llamó la atención de este libro, aunque la decisión de leerlo estuvo más motivada por la buena crítica que tiene, por los comentarios sobre su originalidad y porque Primo Levi es uno de los grandes autores italianos —y yo tengo cierta debilidad por gli autori. Tenía cierta prevención: Primo Levi estuvo en Auschwitz, y con el Holocausto me pasa como con la Guerra Civil: que ya me resulta cansino. El horror de la experiencia y la compasión por las víctimas nadie las cuestiona (nadie que puede llamarse humano), pero tanta película, tanto documental, tanta novela sobre el tema... a mí me han llegado a saturar. Ya sólo leo sobre esos temas muy dosificadamente y si preveo algún enfoque original. Y este libro parecía entrar en esa categoría.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Shogun, de James Clavell


Uno de los períodos álgidos de la historia japonesa, fascinante donde las haya, es la aparición del Shogunato de Tokugawa, en torno al 1600. Japón había sido un estado dominado por señores feudales durante siglos, con continuas guerras civiles y luchas por el poder, hasta que Tokugawa Ieyasu decidió que ya estaba bien de aquello, y que él iba a poner orden en las islas. Y vaya si lo hizo: el shogunato duró hasta 1868, cuando la influencia extranjera, entre otros muchos factores, fomentó una revolución que acabaría, no solo con el shogunato, sino con todo el sistema social japonés (adiós a los samurais, a las katanas, etc.). A día de hoy, el shogunato de Tokugawa sigue siendo el mayor período de estabilidad en TODA la historia de Japón (que se dice pronto).

Pruebas y refutaciones, de Imre Lakatos

Canelón de calamar en su tinta con leche de almendras tiernas de Fran Martínez; ravioli de bimi y piel de leche de Sergio Bastard; langostinos en tempura con romescu de cacahuetes de Alberto Chicote; foie en costra de pan ahumado sobre higos salados, pil-pil de rúcula y gelée de Pedro Ximénez de Andra Mari. Son algunas de las recetas de grandes chefs que uno puede encontrar en la red. Son platos «perfectos», de sabores sorprendentes, equilibrados, de presentación impecable. Cuando uno los degusta en sus respectivos restaurantes son una experiencia para los sentidos. Ahora imaginad que queréis ser uno de esos grandes chefs y aprender a inventar y elaborar recetas como esas. ¿Os parece que sería una buena estrategia recorrer todas las catedrales de la gastronomía degustando cuanta exquisitez se os ofrezca? Porque esa es exactamente la forma en que se enseña hoy día la matemática en todas las universidades del mundo.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Evolución, de Stephen Baxter

Inesperadamente, una de las mejores novelas de ciencia ficción que he leído en los últimos tiempos. Digo inesperadamente porque la propuesta no es fácil y parece abocada al fracaso: novelar la evolución de la estirpe humana desde el primer primate de finales del Cretácico (−65 millones de años, contemporáneo del T-Rex) hasta el último descendiente en el futuro profundo (+500 millones de años, un habitante de Nueva Pangea). ¡Con un par y sin despeinarse! Normalmente este tipo de novelas, con una perspectiva histórica, de gran escala temporal, no suelen funcionar. Y la razón es muy simple: no se puede mantener una trama centrada en personajes, a menos que éstos sean inmortales, y aun así, el riesgo de resultar inverosímil es muy alto. Entonces, os preguntaréis, ¿por qué leer ésta? Y sobre todo, ¿por qué ésta es tan buena?

lunes, 31 de agosto de 2015

Plata quemada, de Ricardo Piglia

Si lo que un argentino entiende por una canción de amor es un tango, imaginaos lo que sería en sus manos un guión tarantiniano. Pues eso es Plata quemada. Quítale a Tarantino el humor negro, la narración desenfadada, los diálogos surrealistas y la violencia glamurosa y cámbialos por ese sentido trágico de la existencia tan argentino. Añade, además, un poco de sordidez y tendrás una versión moderna de una tragedia griega con acento porteño. Así es esta novela.

Stasiland, de Anna Funder

Hace ya un año que estuvimos viviendo en Alemania por un período largo de tiempo, con los niños en colegios alemanes, casa de alquiler, etc., o sea, inmersos en la socidadad germana, no de visita turistica. Ese año fue el último de los tres que disfrutamos de una beca alemana de investigación. Una de las ventajas, privilegios, o como queráis llamar, de esa beca era una visita al palacio presidencial en Berlín de la República Federal Alemana, donde el presidente Joachim Gauck recibía a las familias agraciadas con dicha beca. Pero ¿a qué viene toda esta historia? Bueno, pues que aprovechando esa invitación que coincidía, como no, con un puente (sí amigos, en Alemania también hay puentes, fiestas y todas esas cosas), aprovechamos para visitar Leipzig (que quedaba de camino a Berlín).

miércoles, 26 de agosto de 2015

Circo Máximo, de Santiago Posteguillo

Qué decepción. Tenía puestas muchas expectativas en esta segunda entrega de la Trilogía de Trajano, después del alto nivel de la primera, y decidí aprovechar el verano para afrontar sus más de mil páginas. Y ha resultado una lectura mala y aburrida.

Esta novela tiene un problema: los únicos hechos históricos relevantes que tienen lugar en el periodo que abarca y que se narran en ella tienen que ver con la conquista de la Dacia (Rumanía). Un enfrentamiento continuo en la frontera del Danubio con el rey Decébalo lleva a Trajano a cortar por lo sano y organizar, no una expedición de castigo, sino una conquista en toda regla y la anexión de una nueva provincia al imperio. Y todo lo relativo a la conquista (a destacar la construcción de un puente sobre el Danubio en Drobeta) está muy bien. Como en las novelas anteriores, Posteguillo confirma en ésta que la épica y la narrativa bélica la tiene muy, pero que muy bien pillada.

sábado, 15 de agosto de 2015

Entregas III, IV, V y VI de la saga del inspector Chen Cao, de Xiaolong Qiu

Tras un tiempo sin aparecer por el blog vuelvo para hablaros de la saga del detective de Shangai Chem Cao. Con anterioridad en este blog he reseñado los dos primeros libros de la saga: los volúmenes I (Muerte de una heroína roja) y II (Visado para Shanghai). En esta entrada reseñaré los cuatro siguientes volúmenes de la saga: el III, Cuando el rojo es negro, el IV, El caso de las dos ciudades, el V, Seda roja y el VI, El caso Mao.

sábado, 25 de julio de 2015

La información: historia y realidad, de James Gleick

Cuando yo era niño, allá por los años 70, cuando muchos coches llevaban en el claxon La cucaracha, en Madrid se pitaban de una manera distinta a como se hace ahora. Ahora, cuando se te cruza un imbécil le das una pitorrada larga y cabreada, como un berrido. En aquel entonces había más sutileza. En una circunstancia parecida, mi padre daba dos pitidos cortos: pi-pi. Y por si el significado no quedaba claro lo acompañaba de la letra: «¡cabrón!». Así que cuando alguna vez lo oí lanzar colérico un pi-pi-pí-pi, así, enfatizando el tercer pi, no tuve ninguna duda de que llamaba «hijoputa» al cretino que le acababa de hacer la pirula. Mi padre no era un pionero de la retórica claxonística: pude comprobar que era una lengua que entonces todos hablaban y entendían.

domingo, 12 de julio de 2015

Atrapados en la Prehistoria, de Michael Swanwick

¿Qué tiene que tener una historia de «viajes en el tiempo» para que sea buena? Pues nunca he reflexionado demasiado sobre esto, pero así, a botepronto, diría que una o varias de estas características: (a) que proponga una teoría convincente del viaje en el tiempo; (b) que la narrativa necesite el viaje en el tiempo de manera sustancial, y (c) que haya paradojas (las paradojas molan). ¿Por qué Regreso al futuro ha entrado en el Olimpo de las narrativas de viajes temporales? Porque cumple (b) y (c). Falla estrepitosamente en (a), pero hace sabiamente del defecto virtud convirtiendo la explicación del viaje en el tiempo en la parte más cómica de la película (¡qué gran hallazgo el «condesador de fluzo»!). Si lo pensáis un poco, veréis que otras historias de viajes en el tiempo, como La mujer del viajero del tiempo, Volver a empezar o Cronopaisaje responden bien a este esquema. Claro que (a), (b) y (c) son condiciones necesarias, pero no suficientes, para que el relato sea bueno (ahí está El fin de la eternidad...).

lunes, 29 de junio de 2015

La campaña afgana, de Steven Pressfield

He aquí uno de esos libros que estás a punto de dejar porque no satisfacen tus espectativas pero que, contra todo pronóstico, remonta en un momento dado para mostrarte al final que desde el principio era un buen libro, si tus prejuicios sobre él no te hubieran impedido apreciarlo. Pero era difícil, porque ¿qué cabía esperar de «[u]na novela sobre la campaña de Alejandro Magno en Afganistán» sino un despliegue de épica a cascoporro? Pues para mi sorpresa, el libro ha resultado ser un alegato antibelicista del calibre de La chaqueta metálica o Senderos de Gloria.

El alienista, Joaquim Maria Machado de Assis

Ya conté que Machado de Assis es autor de una de las novelas más originales que he leído en los últimos tiempos. Expliqué allí que se le puede considerar el «Cervantes brasileño», no sólo porque es probablemente el mayor novelista de ese país, sino porque, de hecho, es el continuador de la tradición cervantina frente al realismo que imperaba en el XIX, una tradición que, paradójicamente, se mantuvo viva gracias a los ingleses y franceses y que pasó a Latinoamérica precisamente a través del único país de habla no hispana. Así que, animado por lo mucho que me gustaron las Memorias póstumas de Blas Cubas, he buscado otras obras de Machado de Assis. No hay mucho publicado en castellano, pero entre lo poco que he entrado estaba este cuento.

miércoles, 24 de junio de 2015

Tres vidas de santos, de Eduardo Mendoza

Lo grande de los maestros es que, cuando menos te lo esperas, van y te sorprenden. Y Mendoza es uno de ellos. Uno indiscutible. Desde que leí Riña de gatos no había conseguido leer nada de él que estuviese a la altura. Probé con la cuarta entrega del detective innombrado, con el Pomponio Flato, y con El último trayecto de Horacio Dos. Ninguna está mal, pero son obras menores. Ya sabéis, están muy bien escritas, es una delicia leerlas, pero les falta el punto de brillantez que tiene en otras obras. Y mira tú por donde me lo voy a encontrar donde menos lo esperaba: en esta recopilación de tres relatos de tres épocas distintas que no fueron pensados para concurrir en un mismo volumen, pero que por las razones que sean han acabado juntos en uno.

miércoles, 10 de junio de 2015

Lisario o el placer infinito de las mujeres, de Antonella Cilento

Esto es lo que vende la contraportada:
Nápoles, siglo XVII. Lisario Morales es una joven súbdita de noble cuna del Virreinato español que lee a escondidas a Cervantes y escribe cartas a la Virgen para aliviar su soledad. Cuando, siendo aún casi una niña, sus padres deciden casarla con un anciano, finge dormirse y no despertar. Tras meses de oraciones, la familia Morales busca la ayuda del médico catalán Avicente Iguelmano, quien gracias a una terapia tan ilícita como secreta, cura a Lisario. En agradecimiento, los padres se la entregan como esposa, pero una vez despertado el deseo de Lisario posee una incontrolable energía liberadora, y el amor del joven médico deriva en una perturbadora obsesión por el misterio del voluptuoso placer femenino. Una gran novela histórica y erótica, finalista del prestigioso Premio Strega.

lunes, 8 de junio de 2015

El asesino de la regañá, de Julio Muñoz Gijón

Parece que la moda de abundar en los tópicos está en alza. Empezó con aquello de por qué las chicas no saben leer mapas y los chicos no escuchan (que ha dado para muchos monólogos de El club de la comedia) y últimamente andamos por los 8 apellidos vascos y contando (por cierto, mentiría si dijera que no me reí con la película). Recrearse en los tópicos para hacer unas risas es un clásico. Hay en ello la doble moral de, por un lado, reírte de la tontería, y por otro concederle cierta credibilidad (si no no tendría gracia...). Recuerdo que cuando estuve viviendo en Amsterdan a finales de los 80 circulaba por allí un libro titulado The undutchables, en el que un inglés que había vivido años en Holanda se burlaba, con la saña del extranjero que los tiene que padecer, de todos los tics, manías y costumbres absurdas (para los de fuera) de los holandeses. Era un best-seller allí y ellos se partían el ojete comentándolo.

domingo, 7 de junio de 2015

Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez

Ya es un tópico decir aquello de que la realidad supera la ficción, pero el tópico adquiere una dimensión especial cuando la realidad se localiza en un país que ha creado una religión en torno a un futbolista... vivo. Santa Evita es una gran novela que explora, de manera metafórica pero no por ello menos profunda, las consecuencias de la irrupción en la historia argentina del personaje que le da título. Porque en Argentina hubo, y sigue habiendo, un antes y un después de Evita y, si me apuráis, me atrevería a sugerir que una buena parte de sus males (males políticos) se deben al «efecto Evita». A veces, en la historia de un país, o incluso del mundo, aparece un personaje que, como el Mulo de Fundación e Imperio, tiene la capacidad de distosionar su discurrir natural. Evita es «el Mulo» de Argentina.

domingo, 31 de mayo de 2015

Eifelheim, de Michael F. Flynn

Eifelheim es el nombre de un pueblo perdido en la Selva Negra alemana donde en el verano de 1348 una nave extraterrestre tiene un aterrizaje forzoso. Este es el resumen de esta curiosa novela de Flynn, un muy reconocido autor de ciencia ficción. Cayó en mis manos por casualidad pues estaba buscando otra que me habían recomendado del mismo autor (que por cierto ya no recuerdo cúal es, seguramente En el país de los ciegos). La historia es peculiar, pues transcurre a la par en un tiempo “actual”, donde una física de altas energías (Sharon) y su pareja, un historiador (Tom) que usa técnicas matemáticas, un cliólogo como lo bautiza el autor que, por cierto, es un reconocido estadístico, viven y trabajan, y la otra en medio de la epidemia de Peste Negra que asoló Europa en el siglo XIV. Tom, usando las técnicas matemáticas ha descubierto que en cierto lugar, perfectamente determinado según la ciencia de la Cliología (nombre derivado de Clio, la musa de la Historia e inventado por Flynn) ha desaparecido un pueblo relativamente importante y se pone a buscar las causas. Lo mejor de la novela es la parte de la historia (que por cierto ocupa más de la mitad de la novela) que transcurre entre agosto de 1348 y julio de 1349 en dicho pueblo, donde efectivamente ha aterrizado una nave extraterrestre.

El contable hindú, de David Leavitt

Esta novela es la historia, novelada, del genial matemático indio Srinivasa Ramanujan. La historia de Ramanujan es muy peculiar. Miembro de una casta alta en la India, era sin embargo tremendamente pobre. Tuvo una educación escolar mínima en particular en gran parte debida a que no era capaz de prestar atención a los rollos que le contaban en la escuela ya que su mente surcaba los mares de los números y sus propiedades desde su más tierna edad y eso, en una educación reglada y conservadora de su época (finales del siglo XIX y principios del XX) era inconcebible. Fue así como terminó de contable en el puerto de Madrás. Como era una mente incansable, pilló uno de los libros de texto de matemáticas más populares de la época A synopsis of elementary results in pure mathematics: containing propositions, formulæ, and methods of analysis, with abridged demonstrations, de G.S. Carr,  y se puso a estudiar por su cuenta las matemáticas ajeno a lo que se cocía en las grandes universidades europeas (en aquellos tiempos todavía los USA no pintaban mucho en ciencia). No debía de estar tan al margen del mundo pues escribió, que se sepa, al menos a tres grandes matemáticos de la época enviándoles sus hallazgos y pidiéndoles ayuda para poder dedicarse a las Matemáticas.

lunes, 11 de mayo de 2015

Hic sunt dracones: Cuentos imposibles, de Tim Pratt

Algunos recordaréis la serie que se emitió en España a mediados de los 90 bajo el título Más allá del límite (Rumbo a lo desconocido en Latinoamérica). Se trataba de un remake de la serie The Outer Limits, que triunfó en los 60 en los Estados Unidos y de la que en los 90 hicieron siete nuevas temporadas. Eran historias de ciencia ficción, pero de una ciencia ficción «al límite de la realidad». Seguían siempre un esquema más o menos similar: en nuestro mundo se producía algún fenómeno que transgredía la realidad, y la historia se construía a partir del modo en que los personajes lidiaban con esa anomalía. Los episodios normalmente terminaba sin que se explicara la anomalía; las historias no tenían personajes profundos, y los finales solían ser sorprendentes, inquietantes o impactantes. Eran entretenimiento en lata, un chicle mental, la versión modernade los cuentos de la abuela... Y estaban bien.

viernes, 1 de mayo de 2015

Así es la música, de John Powell

Cuentan que cuando Stendhal visitó la Basílica de la Santa Croce de Florencia le sobrecogió su belleza de tal manera que empezó a sentirse mal: «Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme.» Por este motivo se ha dado en llamar síndrome de Stendhal a este cuadro psicosomático que se manifiesta en «un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar» (véase la Wikipedia al respecto).

sábado, 11 de abril de 2015

Los asesinos del emperador, de Santiago Posteguillo

Después de haber leído su trilogía de Escipión el Africano y ahora este primer volumen de su nueva trilogía sobre el emperador Trajano, me declaro fan de este hombre. Es muy posible que nunca se le estudie entre los autores de la Literatura Española; es también cierto que a menudo echa mano de muchos recursos del best-seller, y que detrás de sus novelas hay una clara vocación cinematográfica; pero lo que nadie me va a poder negar es que Posteguillo se ha ganado un puesto entre los mejores autores de novela histórica a nivel mundial. Su maestría para desarrollar tramas y su rigor histórico son sus mejores armas. Tal vez no sea un genio literario, y su estilo, probablemente forjado en talleres de escritura, sea un poco «de libro», pero como los buenos artesanos, Posteguillo mejora con cada novela que escribe. Cada vez se atreve con personajes más complejos, con tramas más difíciles y con recursos narrativos más arriesgados. Así que, alejándose del tópico de que segundas partes nunca fueron buenas, el comienzo de esta segunda trilogía supera, desde el punto de vista narrativo, la de Escipión.

viernes, 27 de marzo de 2015

Vacío perfecto, de Stanisław Lem

La inmensa mayoría de los libros son malos (muy malos incluso); algunos libros son buenos y leerlos resulta muy placentero; muy de vez en cuando alguno es genial, y cuando topas con uno de ellos se nota porque terminarlos deja un vacío, cuesta empezar otro libro y tu mente vuelve a ellos una y otra vez. Y después están esos libros, aquellos que salvarías de una quema salvaje, que te llevarías a una isla desierta, que cuando los recomiendas te pones incluso plasta, que mitificas de tal manera que, en tu recuerdo, elevas su lectura a la categoría de epifanía. No diré que te cambian la vida, porque queda muy cursi, pero sí que hay un antes y un después de leerlos. Vacío perfecto, para mí, es uno de esos libros. Lo leí hace mucho tiempo, pero lo he releído (¡lo cual conlleva el serio riesgo de descubrir que entre el mito y la realidad hay toda una vida!) y lo he disfrutado aún más que la primera vez.

jueves, 26 de marzo de 2015

El misterio de los hititas, de C. W. Ceram

Vosotros habréis oído que si los asirios esto... que si los asirios lo otro... Pues para que os hagáis una idea: los asirios, ¡una mierda al lado de los hititas!

¿Y quién carajo eran los hititas? Porque... admitámoslo: ¿qué sabemos de los hititas? No, no se trata de que faltáramos a clase el día que tocaban los hititas, es que la humanidad desconocía este pueblo hasta el siglo XIX, y ni siquiera tomó conciencia de su importancia hasta bien entrado el XX. Porque en el segundo milenio antes de Cristo el imperio hitita (sí, sí, imperio), que ocupaba prácticamente toda la península de Anatolia, era la tercera potencia de Oriente Próximo al lado de los egipcios (nada menos) y los asirios. Y pese a eso, aún hoy no es mucho lo que sabemos de ellos.

sábado, 14 de marzo de 2015

El contador de historias, de Rabih Alameddine

Que la del entretenimiento esté entre las diez industrias que más dinero mueven a escala mundial (la mitad de las cuales son ilegales) sólo significa una cosa: nos gustan las historias. Nos gusta contarlas y nos gusta que nos las cuenten. Vemos cine, series, leemos libros, oímos cuentos cuando somos pequeños, contamos anécdotas en reuniones, contamos verdades y mentiras, indagamos en ruinas y cavamos la tierra para intentar rescatar historias del pasado, que luego reconstruimos, adornamos y contamos en libros, charlas, películas... Conocemos historias que proceden de la antigüedad: de Roma, de Egipto, de Mesopotamia... La guerra de Troya, la epopeya de Gilgamesh, la historia del diluvio y las demás historias de la Biblia están entre las más antiguas que nos han llegado en palabras, e incluso conocemos historias aún más antiguas que las palabras escritas, dibujadas con bisontes y caballos en las paredes de Altamira. Hasta los cráneos, los huesos y las piedras nos cuentan historias. Desde que el primer Homo sapiens se puso de pie en África (y seguramente antes) nos pasamos la vida contando y oyendo historias. Nuestra propia existencia la definimos a base de historias: nuestra infancia, nuestros amores, nuestras hazañas... Contar historias es posiblemente la actividad que mejor define al ser humano.

domingo, 8 de marzo de 2015

How to Lie with Statistics, de Darrell Huff

Hace 60 años Darrell Huff decidió escribir este libro para poner de manifiesto todos los trucos sucios con los que gobiernos, empresas, publicistas e incluso periódicos (normalmente a sueldo de los anteriores) manipulan los datos estadísticos para hacerles decir cosas que no dicen. Desde muestras sesgadas a representaciones tramposas de los datos, Huff nos explica en diez capítulos cómo ver esos datos con perspectiva, de qué recelar y qué preguntas debemos hacernos para encontrar las trampas con las que nos los presentan. A cualquiera con cierta familiaridad con la estadística el libro no le descubre nada nuevo, pero la mayoría de la gente no sólo no tiene tal familiaridad, sino que suele experimentar un bloqueo mental cuando de números se trata. El analfabetismo numérico, como nos alertaba John Allen Paulos, es el mal más extendido de nuestra cultura y al que nadie parece saber cómo o estar interesado en poner remedido.

sábado, 28 de febrero de 2015

Volver a empezar, de Ken Grimwood

Los viajes en el tiempo, un clásico de la ciencia ficción, y esta novela un clásico dentro del subgénero, si hemos de creer lo que decía la selección de «las 30 mejores novelas de viajes en el tiempo» donde di con ella. Claro que entre ellas también figuran El fin de la eternidad, que a mí me parece mala, o Flashforward, que es un indiscutible truño; pero también están La mujer del viajero en el tiempo, El libro del día del juicio final o Cronopaisaje, novelas que he leído y me parecen buenas. Así que me dije que había que dar una oportunidad a algunas de ellas, que sonaban especialmente bien, y a esta le tocó ser la primera de la lista.

domingo, 15 de febrero de 2015

Rebelión en la Granja, de George Orwell


¿Cómo empezar esta reseña? La verdad es que debería simplemente escribir algo como:

Una obra maestra de la sátira. De lectura obligada. Imprescindible.

O bien 

¿Cómo es que no la has leído? Deja lo que estés haciendo y ponte a leerla. 

Dicho así le ganaría a Jose el premio a la reseña más corta, pero eso me parece poco serio. Más aún si tenemos en cuenta el libro de que hablamos.

viernes, 13 de febrero de 2015

Materia extraña, de Juan José Gómez Cárdenas

No sé muy bien como llegó esta novela a mi e-reader, si me la recomendaron, si me llamó la atención y la busqué yo mismo, si me le regalaron... El caso es que estaba en el kindle. Cuando terminé la última (una historia de la mafia recomendada en este blog) decidí pillar algo ligero pues Cosa Nostra es un libro realmente duro y que te deja (al menos a mí) con una sensación de impotencia (especialmente cuando descubres cómo se parece la sociedad en que vives a la que retratan allí). Como me gusta la ciencia ficción (ya sé que lo he dicho mil veces en este blog, pero es lo que hay) y, en general, los libros de ciencia ficción bastante digeribles (¿os he dicho que me gusta la ciencia ficción?) pillé uno al azar de mi colección del kindle y salió este.

lunes, 26 de enero de 2015

Mi tío Oswald, de Roald Dahl

El tío Oswald es un personaje que aparece en dos cuentos de la recopilación El gran cambiazo, de Roald Dahl. Es un donjuán millonario que recorre el mundo sin más propósito que el muy loable de follar todo lo que pueda, y no más de una vez (dos, si la ocasión lo merece) con cada mujer. Como es de imaginar, sus aventuras dan para llenar varios volúmenes, y eso es lo que ha hecho, escribiendo unos diarios con sus hazañas, que ahora obran en posesión de su sobrino. Es éste quien nos habla del personaje y quien extrae los mencionados relatos de dichas memorias. En el momento en que escribe, su tío ha desaparecido sin dejar rastro, y es uno de los relatos el que da la pista de su paradero.

miércoles, 21 de enero de 2015

El marciano, de Andy Weir

He aquí una novela de ciencia ficción a la antigua usanza: científicamente rigurosa, clara en las premisas, sin trucos ni artificios —no hay extraterrestres, ni capacidades mentales extraordinarias, ni viajes temporales...— y, sobre todo, plausible. Una historia que no ha ocurrido, que es muy improbable que ocurriera (¿qué son los grandes relatos sino historias muy improbables?), pero que podría ocurrir.

Una expedición a Marte (no la primera) pone seis astronautas sobre el planeta. Está previsto que permanezcan allí veinte días. Durante los cinco primeros todo transcurre como está previsto, pero el sexto un huracán marciano azota el campamento y tienen que abortar la misión. En la apresurada evacuación Mark Watney, el botánico del grupo, sufre un accidente, sus compañeros lo dan por muerto y lo abandonan en Marte. Pero Mark no ha muerto, y cuando se repone se encuentra solo, abandonado en un planeta hostil e incomunicado. No tiene recursos para sobrevivir más allá de un periodo limitado; sus compañeros de misión ignoran que sigue vivo (de todos modos no podrían volver para rescatarlo), y aunque pudiera establecer contacto con Houston, ninguna misión de rescate llegaría a tiempo de salvarlo.

domingo, 18 de enero de 2015

El sentido de un final, de Julian Barnes

Ya he contado en varias ocasiones lo mucho que me gusta este escritor. Esta es su última novela (y espero que sólo en un sentido). Llevaba años detrás del Booker, el premio más prestigioso de habla inglesa, y por fin lo ha conseguido con esta ella.

Y se lo ha ganado.

De un tiempo a esta parte sus novelas parecen orbitar en torno a la complejidad de las relaciones humanas, en especial las relaciones de pareja. Esta novela también va de eso. Y en un sentido, como ocurría con Hablando del asunto o Amor, etcétera, trata de un triángulo, sólo que esta vez no es un triángulo al uso.

domingo, 11 de enero de 2015

El testigo, de Juan Villoro

JOSE: Bueno, ¿qué?
JOSE: ¿Qué, de qué...?
JOSE: Que si te ha gustado...
JOSE: Pues no sé...
JOSE: ¿No sabes si te ha gustado?
JOSE: Es que es complicado. No es una novela fácil.
JOSE: Quieres decir que es un truño.
JOSE: No. A ver si consigo explicarme. La novela es buena. Villoro tiene todos los recursos de un gran escritor, y la novela todos los ingredientes para ser una gran novela. Y muchas de las subhistorias que componen el relato son muy buenas. Enganchan. Pero he de confesar que he terminado la novela por un esfuerzo de voluntad.
JOSE: Pero ¿de qué va?